‘Ella recordará esto para siempre’: el sueño de una madre de una quinceañera para su hija se hace realidad gracias a los compañeros de trabajo

CHICAGO — Incluso en los días más difíciles, cuando Rebeca López siente que no puede más, las sonrisas de sus tres hijos la animan. “Me dan fuerza”, dijo.

El sábado por la noche, cada momento de dolor y resiliencia que ha vivido como madre soltera se resumió cuando bailó un vals con su hija Mayte Vera durante la celebración de su quinceañera.

La fiesta de mayoría de edad fue algo que tanto la madre como la hija no pensaron que sucedería porque la familia no podía pagarla, al menos no una con el vestido grande, hermoso y adornado, un pastel elaborado y el vals en un salón lleno de amigos y familiares.

Pero gracias a los compañeros de trabajo de López en 5 Rabanitos, un restaurante mexicano en el vecindario de Pilsen donde ha sido mesera por menos de dos años, la madre y la hija pudieron organizar la celebración gracias a sus esfuerzos de recaudación de fondos. Y con lágrimas en los ojos, madre e hija bailaron ese vals abrazadas mientras la multitud aplaudía.

“Estaba feliz, muy agradecida por mis hijos, por mis compañeros de trabajo y por la vida a pesar de todos los momentos difíciles”, dijo López.

Cuando le dijo por primera vez a un compañero de trabajo, Alfredo Domínguez, hace tres semanas que no podía permitirse una grandiosa celebración de quinceañera para su hija menor y, en cambio, lo invitó a una carne asada, inmediatamente se ofreció a ayudarla a planificar una fiesta, dijo. No solo eso, animó al resto de sus compañeros de trabajo, meseros, cocineros y lavaplatos, a unirse para ayudar a López a organizar y pagar la fiesta.

El dueño y chef del destacado restaurante, Alfonso Sotelo, también colaboró. Ofreció un espacio para realizar el evento a un precio reducido y, por supuesto, fue flexible con López y el resto de los trabajadores para asegurarse de que pudieran aprovechar el tiempo del trabajo para disfrutar juntos de la celebración.

“Todos mis trabajadores son importantes para mí, son como una familia”, dijo.

Domínguez y otro trabajador del restaurante, Cory Guzmán, pagaron el vestido que costó alrededor de $1,000. Alfredo también ayudó a preparar la comida, consiguió un cantinero para la noche y estuvo al lado de López para ayudarla con todo lo que necesitaba. Guzmán también preparó su plato especial de camarones picantes para compartir con los invitados. Norma Ruiz se ofreció a pagar las bebidas alcohólicas y otros compañeros de trabajo también donaron refrescos y otros artículos de primera necesidad para la fiesta.

“Esto es lo que todos deberían hacer unos por otros, estar allí en los buenos y malos momentos”, dijo Domínguez.

Reyna Godos, que ya no trabaja en 5 Rabanitos pero que es buena amiga de López y el resto de los trabajadores, le regaló a Mayte el pastel y su última muñeca, una tradición importante para la madre y la hija porque significa que la joven hizo la transición de niña a mujer.

Para López y su hija la quinceañera es especial porque es una tradición muy arraigada en la cultura de su familia, que emigró a Chicago desde Michoacán, México. Celebra el ingreso de una niña a la edad adulta cuando cumple 15 años. López pudo organizarlo para su primera hija y quería asegurarse de que su hija menor se sintiera igual de especial.

Y ella lo hizo.

Mayte rió, lloró y bailó, a su lado su madre, su hermana y su hermanito.

“Juntos podemos lograr cualquier cosa, somos un equipo”, dijo López. “Yo se los digo todo el tiempo”.

Después de un largo día de trabajo el sábado por la noche, Sotelo y algunos de los trabajadores se unieron a López y su familia en un pequeño local en el South Side. Una corona de globos lilas adornaba la mesa donde se sentaba Mayte con algunas de sus amigas del colegio. Más temprano ese día, López había decorado el lugar. Todas las mesas tenían manteles blancos con corredores morados y flores artificiales y centros de mesa con globos. También agregó una pequeña mesa de postres con dulces que algunos de los asistentes ayudaron a hacer.

Las bandejas de comida, que Domínguez trajo al salón junto con uno de los hermanos de López, estaban alineadas en la barra. Había arroz, pollo y mole, un plato tradicional mexicano que ayudó a preparar un amigo de Domínguez.

Después de la cena, el grupo rodeó a López y su hija en medio de la pista de baile, bailando cumbia y banda, animando el momento.

“Espero que esto muestre a la gente que existen buenas personas en este mundo”, dijo López. “Y que anime a otros a hacer lo mismo porque este solo día, estoy seguro, lo recordaré para siempre, (mi hija) ella lo recordará para siempre”.

Sus compañeros de trabajo y amigos, dijo López, son desinteresados. Todavía no cree que se hayan ofrecido tan voluntariamente a apoyarla a ella y a sus hijos cada vez que las cosas se ponen oscuras para ella. Pero más aún, está agradecida de que estuvieran allí para celebrar juntos.

Desde que se convirtió en madre soltera tras el fin de su relación hace poco más de un año, la vida para ella y sus hijos no ha sido fácil.

Ella tiene toda la responsabilidad de mantener económicamente a sus hijos, Alan, 10 años, Mayte, ahora 15, y su hija mayor Diana, 19.

Ella dijo que los tres son considerados y atentos. “Nunca piden nada que yo no pueda darles”, dijo López.

“Aunque desearía poder darles el mundo”, dijo la madre mientras su voz se quebraba y respiraba profundamente.

Entonces, cuando tomó a su hija menor de la mano en medio de la pista de baile durante la fiesta de quince años y la vio sonreír, se dio cuenta de que, aunque no pueda hacerlo todo sola, tiene un pueblo que la ayudará cuando más lo necesite. Y eso incluye a su familia y amigos.

Una tímida Mayte tomó el micrófono durante su fiesta y agradeció a todos.

“Gracias a todos por hacer esta fiesta realidad”, dijo, o “Gracias a todos por hacer realidad esta fiesta”. Su madre siguió.

“Sin la ayuda de mis compañeros esto no hubiera sido posible”, lo que significa que sin la ayuda y el aliento de sus compañeros de trabajo, no hubiera podido organizar una celebración tan importante para su hija.